Cada vez hay más velas en la tarta y menos hojas en el
calendario. Caen despacio, sin ruido, son ligeras, parece que no pesan. No las miras
porque no ves el suelo… tenemos muchas cosas para mirar y nos olvidamos de ver.
Por eso no las vi hasta que tus primeros pasos las pisaron y
tome conciencia de que eran más de las que yo creía; calcule rápidamente que más
o menos la mitad del calendario estaba por el suelo y me dio miedo.
Luego empezaste a jugar con ellas, a pintar y dibujar y ya
aparecen los trazos de tus primeras letras. Creo que vas a necesitar muchas más
hojas de las que ahora hay en el suelo, descuida, las tendrás y las veremos
caer juntos los tres para después jugar con ellas; escribir, dibujar y pintar
en ellas... creo que con la próxima me haré un dorsal.